Llegar a Mondariz es como adentrarse al pasado de Galicia. Es un pasado que recordamos a través de películas y libros y de algunas viejas fotografías en sepia o en blanco y negro.
Mondariz-Balneario es un enclave que tanto en su origen como en su desarrollo económico gira entorno a las aguas medicinales, al igual de otros clásicos europeos como Bath, Karlovy Vary o Baden-Baden.
El Balneario de Mondariz ha sido, desde su inauguración en 1873, el buque insignia del termalismo en Galicia. Un establecimiento que durante más de un siglo ha sido capaz de concentrar artistas, políticos, pensadores, personas especiales… en un ambiente de encanto, tradición, sosiego y lujo en una particular “Belle Époque”.
Haciendo un poco de historia
El establecimiento inicia su historia en 1873, cuando sus aguas son declaradas de utilidad pública a iniciativa de sus propietarios, los hermanos Enrique y Ramón Peinador, artífices del lugar.
Con anterioridad se conocía la llamada Fuente de Troncoso, que en los inicios del balneario era la fuente de referencia. Encontramos esta fuente en la actualidad bajo una marquesina de hierro obra de Antonio Palacios. Hasta este lugar discurre un agradable paseo desde el balneario bordeando uno de los márgenes del río Tea.
En 1872, se descubre la Fuente de Gándara y al año siguiente Ramón Peinador, hermano de Enrique, solicitó la declaración de utilidad pública de las aguas. Esta declaración llegó el 16 de junio de 1873 y es en esta fecha cuando comienza la historia del Balneario de Mondariz.
Se dice que en el año 1877 se embotellaron ya en Mondariz ya cerca de un millón de botellas de agua mineral. Las necesidades que generaban el alto número de personas que se acercaban a Mondariz llevaron a la construcción del Gran Hotel, inaugurado en 1898. Obra del arquitecto Genaro de la Fuente, el edificio estaba dotado de los mejores elementos de construcción y decoración de aquellos días. Entre los huéspedesse encuentran personalidades como el General Primo de Rivera, la Infanta de Borbón, Isaac Peral, la Condesa de Pardo Bazán, José de Echegaray, Castelao o John Rockefeller.
A la Fuente de Gándara , para darle una apariencia más acorde con un lujoso aspecto de Gran Hotel, se realizó un edificio, proyectado por Palacios y Otamendi, con dos partes claramente diferenciadas, una destinada a la fábrica de embotellado y la otra para tomar las aguas. El edificio contaba con una altura de 28 m., con una cúpula de bronce y cristal, con cúpulas achaflanadas y numerosas columnas, y al tener veinticuatro columnas al exterior, seis en cada semicírculo y ocho en su interior. En la actualidad el templete de la fuente se mantiene y en la antigua embotelladora se encuentra el Palacio del Agua.
Y por supuesto hay que hablar del incendio del Gran Hotel en 1973 y el posterior abandono con sus muros ocupados por la vegetación que es la imagen que tengo de mis visitas a Mondariz-Balneario en mi niñez.
Mondariz a día de hoy
Ya con el Gran Hotel recuperado y el balneario de nuevo en marcha, Mondariz ofrece ahora una cara bien distinta y se convierte en un destino no solamente clave en el termalismo gallego y español. Si no también en un destino tranquilo para pasar unos días en compañía de la naturaleza.
El Palacio del Agua es un gran SPA, con más de 3.000 m2 dedicados al relax y al ocio a través del agua. Una extraordinaria instalación, elegida MEJOR SPA de ESPAÑA 2012 por la revista Condé Nast Traveler, la más prestigiosa del mundo en el ámbito de los viajes y el turismo.
El área termal del Balneario de Mondariz, que arrastra una tradición de más de un siglo, es a día de hoy un centro dotado de las más modernas técnicas de aplicación de aguas mineromedicinales, ideales para tratamientos de salud, belleza y relax. Un balneario a la carta donde tiene a su disposición un servicio profesional y personalizado bajo la dirección del equipo médico.
Mención aparte merece el Balneario Celta, un circuito termal único inspirado en la ancestral cultura termal celta.
Sinceramente, merece pasarse como mínimo un fin de semana.