Ya anticipo que merece una visita. Empecemos por la visita al faro para acabar comentado las virtudes gastronómicas del sitio.
A poca distancia del pueblo llegamos al extremo de la península donde se encuentra enclavado el Faro de Palos. Llegar hasta él es una cómoda subida de poco más de 300 metros y ya arriba podemos contemplar el inmenso horizonte mediterráneo. Diferente pero similar a a nuestro horizonte atlántico en el Finisterrae.
Ya propiamente el faro es un cilindro de 30 metros de altura construido sobre una base con forma de prisma de 20 m de lado y 14 m de altura. Tiene la estructura de un faro clásico, del que de niños dibujábamos y veíamos en las películas. Su construcción se inició en el año 1863 y se iluminó por primera vez el 31 de enero de 1865. Es un faro activo y que dispone en la actualidad de una señal luminosa de un alcance aproximado de 24 millas.
Faro aparte, en la base del cabo tenemos unas de las calas más bonitas que he podido visitar (y no son pocas). Aguas tranquilas, cristalinas, roca, arena… esta imagen lo dice todo.
El submarinismo es otro de los atractivos de la zona, a algo más de dos millas de la costa se encuentran las Islas Hormigas. El conjunto formado por Cabo de Palos e Islas Hormigas fue declarado en 1995 reserva marina. Hoy, la gran belleza y conservación de sus fondos rocosos le han valido el reconocimiento por parte de los aficionados como uno de los mejores lugares del Mediterráneo para la práctica del submarinismo.
Ya propiamente el pueblo, conserva la esencia de ese pueblo de pescadores anterior a toda la vorágine turística de la zona. Sus calles estrechas con casas bajas y un coqueto puerto. Para la visita a Palos ya nos recomendaran probar el caldero en un restaurante que se llamaba La Tana.
Pero aquí llega el valor del mundo 2.0. Nada más hacer checking en Foursquare, Jorge Guitián me comenta la imprescindible visita a La Tana de su amigo Sebastián Damunt y la verdad que en nada defraudó la visita.
Unas sardinas ahumadas sobre pimientos y un mojete murciano dieron paso a la especialidad de la casa el caldero.
El caldero es un arroz de pescado con un sabor muy intenso que se sirve por separado del producto que se utiliza para su elaboración. Si duda exquisito.
La comida se remató con Pan de Calatrava y un original café asiático, por indicación de Jorge.
En resumen muy recomendable la visita a La Tana, un trato exquisito y unas viandas que son una excelente muestra de la gastronomía de la zona.
Y por supuesto visitar Cabo de Palos. Seguro que si subes al faro y miras para atrás ves el de Fisterra… sólo son 1.000 km de nada